Desperté una mañana y te
habías instalado en mi vida de nuevo, te creí lejos de mi...
Ahora convivo
contigo y trato de que no hurgues en el pasado, que no entorpezcas en el
presente y que no influyas en el futuro.
Si alguna vez he estado más cerca de
la verdad, es ahora, ahora que te tengo delante y ya no me das miedo, ahora que
se quién eres y lo que quieres, ya no me provocas tensión.
sé que debes estar
aquí, entiendo que tengas que formar parte de mi vida, pero esta vez, esta vez
me atrevo a mirarte a los ojos y decirte claramente...
¡¡No vas a ganar esta
batalla!!...
Soy yo quien va a ganar la guerra y al fin poner Paz en mi vida, en
mi interior y en mi corazón.
Te doy las gracias por esta nueva enseñanza y por
dejarme ver la realidad de mi verdad.
¡¡¡Que así sea!!!
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