A veces y sólo a veces, miramos a nuestro
alrededor y no vemos nada, pues estamos ciegos de ira.
Tratamos de escuchar y no oímos nada, pues
las palabras de nuestro ego, son más fuertes que las palabras de nuestro
corazón.
Tratamos de hablar y no somos audibles
para nadie, pues los sonidos de nuestro interior, están privados de calidad
sonora.
De pronto somos conscientes de que no
existimos para nadie.
Nos damos cuenta de que por mucho que
nos esforcemos, nadie nos siente, ni nos nota, ni nos percibe. ¡¡Somos
invisibles!!
Pero nosotros a pesar de todo ¡¡Nos
sentimos bien por ello!!
A veces y sólo a veces…
¡¡Es mejor estar apartado de todo
mundo real, que de forma irracional, trata de ser raramente normal!!
Y así es.
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